jueves, septiembre 20, 2012

Medina Azahara cambia componentes y ¿estilo?

            La sección de ritmo completa de Medina Azahara cambia de componentes, causan baja Manuel Reyes como baterista y Charly Rivera como bajista, que serán sustituidos por Nacho Santiago a la batería y Juanjo Corbacho al bajo, continúan Manuel Martínez como voz, Paco Ventura como guitarra y Manuel Ibáñez, que hace poco más de un año pasó de colaborador a miembro del grupo, a los teclados, con el apoyo en las voces como colaborador de Manuel Escudero. Hasta aquí nada que no ocurra en los grupos de rock con más o menos frecuencia, como en los propios Medina a lo largo de su historia.

Nuevos componentes de Medina Azahara en su página de Facebook

            Nunca me he callado a la hora de valorar el devenir de Medina Azahara en los últimos veinte años y su propuesta musical, así que esta nueva situación no va a ser menos, porque entiendo que en este cambio, tan brutal como inesperado, hay un trasfondo que no se debe pasar por alto.

            Por un lado las formas, en los anteriores cambios, la iniciativa de dejar el grupo partió de los propios músicos, sin entrar a profundizar en los motivos individualizados que llevaron a ello, en esta ocasión han sido los propios Medina (léase Manuel Martínez y Paco Ventura) los que “...han considerado llegado este punto prescindir de mí. He recibido esta "invitación" a marcharme con cierto asombro. Que quede claro que yo nunca hubiera abandonado Medina Azahara”, reconocido así por el propio Manuel Reyes.

            Y por otro el fondo. De todos es conocido el proyecto paralelo que Manuel Martínez, Paco Ventura y Manuel Ibáñez estaban desarrollando bajo la denominación de La Luz, un grupo con temas más cercanos al estilo de los Medina originales, ese Rock Andaluz que fue perdiendo el grupo a partir de “... en Al-Hakim” y, si me apuráis, de “Sin Tiempo”, curiosamente coincidiendo con la entrada de Manuel Reyes. Y qué casualidad que sean los miembros de La Luz que no pertenecían a Medina Azahara, los que se incorporen ahora al grupo; es más el disco que estaba previsto sacar por La Luz en octubre en la discográfica Senador, saldrá ahora bajo el nombre de Medina Azahara con la misma discográfica, abandonando por segunda vez el amparo de Avispa. Está claro que mantener los dos proyectos en paralelo no era posible, en la página oficial de Medina Azahara en Facebook se puede leer “Para subirte a un escenario tiene que existir un buen rollo, divertirte con lo que haces y pasarlo bien para poder transmitiros lo que vosotros os merecéis y lo paséis estupendamente. Para hacer buenas canciones, tienes que tener buenas vibraciones”. Hablan también de los últimos conciertos y del estado en el que se encontraba el grupo en los mismos, ¿cómo se tienen que sentir los incondicionales que asistieron a esos conciertos?

            Manuel Reyes no ha sido nunca santo de mi devoción en cuanto a gusto musical, su calidad como baterista está fuera de toda duda, y si las cosas se han producido como dejan entrever me parece una auténtica falta de respeto para un compañero que lleva en el grupo ininterrumpidamente más de veinte años, la salida de Charly Rivera la veo como accesoria y propiciada por la de Reyes. Los motivos se pueden extraer de ambos comunicados, a saber mal rollo entre los componentes, sin duda provocado por el proyecto La Luz, los tiempos de los ensayos se comparten y la composición de temas nuevos se ve también reducida en cuanto a dedicación, ya que de la inmensa mayoría de temas son autores Manuel Martínez y Paco Ventura; estos no aguantan más las desavenencias con Manuel Reyes y deciden prescindir de él. Piensan en Nacho Santiago para sustituirlo y deciden hacer lo mismo con el bajo, así el proyecto se unifica, dando por finiquitado el nombre de La Luz.

            A mi entender, este movimiento no se va a quedar solamente en un cambio de nombres, sino que va a desembocar en una reordenación total del estilo musical de Medina Azahara, volviendo a unos orígenes que con Manuel Reyes a la batería eran prácticamente imposible y qué mejor que lanzar el disco previsto de La Luz como de los nuevos Medina y con una nueva compañía que rompe con todo lo que Avispa ha significado en su trayectoria.

            Desconozco la calidad musical de los dos miembros nuevos, aunque los que los han oído me comentan que son bastante buenos, y de las grabaciones realizadas, pero si todo es por un cambio hacia el Rock Andaluz, bienvenido sea, aunque las formas empleadas para este cambio dejan mucho que desear.

lunes, septiembre 17, 2012

Ay qué gustito pa´mis orejas

            Fiesta de estrellas en una noche estrellada, noche sevillana sobre el marco cartujano de los hornos alfareros y las cuevas de arcilla, unión mítica para que la magia de la música invadiera de genes flamencos y rockeros por Diego Carrasco los espacios silenciosos, de idas y venidas entre Triana y la Alameda mecidos los sentidos por la voz perenne de Pepe Roca, de visiones del arrabal sevillano escapadas de la guitarra de Ricardo Miño, de amalgama imposible derrotada por el sitar hindú de Gualberto abrazando el flamenco y la voz jerezana del vasco Maizenita (heredero directo del Califato Independiente), de guadañas rotas por Aute con la luz oculta del alba futura y de vida alentada por los volátiles dedos de Arturo Pareja Obregón sobre las teclas blancas y negras de su piano.

 
Fotografía de Manuel Molina en el Homenaje a Máximo Moreno de Antonio García Ocaña

            Los murmullos de fondo se van tornando en silencio cuando Manuel Molina se sienta en su silla de enea, el mástil de su guitarra apunta al cielo y todas las miradas apuntan a él, de blanco impoluto, brazos abiertos al cielo abarcando con su sola presencia todo el escenario y su compañera inseparable colgando de su mano izquierda, su desgarrada garganta gitana y la inmensidad musical de sus tres acordes a la guitarra, no necesita más para enmudecernos de respetuoso éxtasis, silencio roto en el mismo momento que el cielo quiso demostrar que los añorados ausentes se unían a la fiesta; no, no fue fugaz, fue infinitamente intenso, el momento álgido del homenaje a Máximo Moreno.

            Pedro Ricardo Miño nos enseñó Liverpool, el baile sacudió con taconeos el escenario ante el cante de Pepe de Lucía, el jazz paseó espléndido por la Alameda de la mano de Rafael Marinelli y su compañía; saltaron los resortes de las piernas ante el influjo de la energía gitana de Raimundo Amador, la fiesta se volvió intensa y el escenario pequeño, la guitarra del Pájaro, la de Charly Cepeda, la afilada imagen del vástago del omnipresente Silvio, Sammy Taylor, despojado de toda flema británica y la eterna memoria humana de Miguel Ríos, escenografía del apoteosis en ida y vuelta y la huida de lo imposible.

            A partir de ahí, las guitarras eléctricas se erigieron en protagonistas, en la de Antonio Smash la leyenda del underground tomó presencia, del rollo al enrolle, saliendo del huevo los hombres en las praderas de Santa María de las Cuevas, nada lúgubres ni suntuosas; Dogo hostigó el discurso musical, cuestión de gustos, ante el enérgico y maravilloso duelo de las cuerdas de Charly Cepeda y Pepe Suero; el Pájaro voló con la suya al encuentro inmortal con Silvio y su forma de ver el rock desde el palco de la Semana Santa hispalense.

            Eran más de las cinco de la madrugada, ocho horas de música en inmejorable compañía, y aún quedaba Pepe Begines y Zaguán, pero para desgracia mía, mis rodillas me recordaron que la edad y el peso no son gratuitos, aún hoy soportan las consecuencias, por lo que con todo el dolor tuve que dejar el recinto y la compañía, pero me cuentan los que quedaron que el cierre fue sublime y a Zaguán pronto los veré en su anual homenaje a Triana, por lo que la pena se mitiga en algo.

            Atrás quedó la demostración de que en Sevilla la magia aún es posible, los “Salta la Tapia” pueden mantener su vigencia tanto en la música, como en la escucha, no había edades, sólo público ávido de noches como la que el sábado embriagó el alma de un pintor que supo, por fin, que es profeta en su tierra, al menos para un puñado de sonoros y oyentes admiradores de su obra.

            Creo sin lugar a dudas que Máximo Moreno quedó satisfecho de su merecido e inmenso homenaje.

             P.D.: Agradecer a Antonio García Ocaña que me haya autorizado a ilustrar esta entrada con la magnífica fotografía de Manuel Molina, suya es la propiedad de la misma.

lunes, septiembre 10, 2012

Qemal Stafa y la mujer del César

Hay asuntos que parecen sacados de una historieta de mis entrañables Mortadelo y Filemón de F. Ibáñez, con su Profesor Bacterio, el Súper y hasta Ofelia, con cameos del Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, algún que otro Rompetechos y personajes de 13 Rue del Percebe.


Hoy saca el diario El Mundo la historia del fichaje del jugador de origen albano-kosovar del Sevilla At. Alban Bunjaku, a prueba en marzo, descartado por el cuerpo técnico y contratado en junio, intermediaciones, comisiones y empresa con currículum de cuchufleta. Ayer, el Sevilla F.C. juega un amistoso en Albania contra un equipo de ese país entrenado por el técnico Julián Rubio, reconocido sevillista, sin interés alguno ni aquí ni allí, habiendo más personas en los banquillos que en la propia grada, ¿rentabilidad del mismo? No sé para quién, pero el nombre del estadio ya da que pensar “Qemal Stafa”.

A todo esto el club sigue dirigido por un condenado en primera instancia a siete años y medio de cárcel por los delitos continuados de fraude, malversación de fondos públicos y prevaricación, sentencia que se encuentra recurrida, alardeando de la multitud de Fondos Propios y la evidencia de las arcas vacías, enfrascado en una guerra con una parte de la afición con trasfondo nada claro, una plantilla devaluada tanto en calidad como en valor y determinados departamentos de costes elevados con nulos beneficios, al menos para el Sevilla F.C.

Lo de la mujer del César, no basta con serlo sino parecerlo y serlo no sé si será, pero parecer se parece mucho, vamos que el tufillo empieza ya a desinhibir la pituitaria de tanto hedor, pero nada, aquí seguiremos cruzados de brazos, esperando a que al genio del marketing sevillista, después del viajecito por tierras albanesas, se le encienda la bombillita de cambiar el nombre del estadio para obtener ingresos de la Agencia para el desarrollo del Turismo de la República Democrática del Congo, rebautizando la Bombonera nervionense con el nombre de “Qemal Uele”.

Ni Ibáñez sería capaz de entrelazar una historieta como esta y es que, a veces, la realidad es mucho más enrevesada que la ficción.