domingo, mayo 15, 2011

¿Obligación de qué?

La carrera que se debió pegar desde el campo de la Feria hasta los estudios de Sevilla F.C. Radio a la llamada del acento gallego tuvo que ser de antología; un mequetrefe metido a Subdirector General del Sevilla F.C. (lo escribo y veo la distancia sideral entre el cargo y el personaje) aparece por las ondas lanzando una proclama que habría de producir sonrojo al más desinhibido de los sevillista "...la obligación de la afición es animar al equipo...", el comentario giraba en torno a lo que podría ocurrir hoy en el Sánchez Pizjuán.



¿Desde cuándo la afición está obligada a algo?, las obligaciones como aficionado me las impongo yo, animar al equipo no es ninguna obligación y menos impuesta desde un acomodado sillón que no le pertenece por méritos precisamente, es un derecho, bendito por otra parte, que tenemos todos y cada uno de los que sentimos el escudo y la camiseta, obviando sus diseños, como nuestro. La única obligación que tengo y más desde que estáis gozando del privilegio de representar a nuestra entidad, es la de pasar por caja cada mes de julio para seguir llamándome abonado. A partir de ahí las obligaciones son para todos los estamentos del club, menos para la Afición que una vez cumplida su obligación pasa a tener derechos.

Derecho a que sus dirigentes cumplan con la obligación de ofrecerles aquello por lo que pagan, que si es caro, malo y falso, como ya van unos cuantos de años, la sensación de estafa es la única posible y el espetarlo a gritos la única forma de desahogo, pero con la jerarquía presente en el palco no comiendo canapés en el interior haciendo oídos sordos.

Derecho a un asiento digno, en un campo digno, con aseos dignos, con empleados dignos, con unos medios de comunicación dignos y obligados para con la Afición y no sólo y exclusivamente para con chiquilicuatros de traje y corbata.

Derecho a que sus altos cargos remunerados, empleados al fin y al cabo de una S.A.D., justifiquen sus honorarios con la obligación de generar riqueza con los medios puestos a su disposición y no dilapidar fortunas en activos con una fuerte devaluación en poco tiempo, porque la sensación de expolio impune da paso a gritar a los cuatro vientos que los tiempos de manga ancha se van a acabar, pero con los responsables sintiendo el aliento de la afición en el cogote.

Derecho a tener un cuerpo técnico que no sea un mero parapeto ante el desastre y que tenga la obligación a poner en liza jugadores que sientan el escudo como lo siente la afición, aunque sean mercenarios, y si optan por caprichosas combinaciones de futbolistas acabados que no se vayan de rositas con el cheque bajo el brazo y piensen que cada vez que pisen la Bombonera de Nervión tendrá en sus espaldas, en sus costados, el diestro y el siniestro, y en su frente, cuarenta mil enemigos que le hicieron sentir, sentado y de pie en el banquillo, un extraño intruso en su casa.

Derecho a tener sobre el césped futbolistas que tengan por obligación ser eso precisamente, futbolistas y no niños mimados con el bolsillo repleto de caprichos y exigencias a los que hay que cuidar porque sin el mimo no son capaces de rendir como profesionales, futbolistas que entiendan que el mayor orgullo que han podido tener es una Afición que les haya exigido lo que sus superiores no quisieron o no supieron, a sentir el peso del escudo liviano comparado con el peso del sudor de sus camisetas, desde que salgan hoy por el túnel del vestuario hasta que sus oídos sangren de la pitada.

Y no seréis más los que digáis cuándo la Afición ha de reclamar sus derechos una vez cumplida su única obligación, hoy desde las 21,00 h. hasta las 23,00h. sólo espero que el Ramón Sánchez Pizjuán sea una inmensa y sonora Hoja de Reclamaciones.