sábado, abril 30, 2011

Podredumbre en la planta noble

Olor nauseabundo de cloacas, inmundicias del averno escapando licenciosas, lo podrido se asienta y descansa tranquilo en su asueto diario y nuevas víctimas son despejadas de la cueva malhechora.



Pantomima fisgona para buscar culpables y el causante principal de fisgón jefe, quizás no ordenara la multiplicación de balones, pero la instrucción se realizó con acierto y alumnos aventajados, todos saben qué hacer en un momento sin mandatos directos, las caretas no ablandan las caras, como el hedor no se enmascara con pino; conclusión, el más endeble por la puerta chica y a callar, ya tuviste tu recompensa, los demás las manos limpias, pero con agua clara que no despeja la pestilencia. No juzgo la proliferación esférica, si por mí fuera cien veces ciento, total son seiscientos, cuanto más ante Dieguitos villarrealenses, Ricarditos pamplonicas o Cesaritos valencianos, pero sí las parodias judiciales para limpiar conciencias con sentencias inmorales para bobos de baba.

A otra cosa mariposa, así y por el quinceañero método del SMS, arrastrarse tanto es lo que tiene, que cualquiera te pueda pisotear el orgullo como le venga en gana, los nobles eliminan a sus lacayos cuando ya no sirven para la causa y si puede ser humillante el despido, más regocijo en el emponzoñamiento. No morder la mano que te da de comer, es loable, lo que no es tanto es que esa misma mano guíe tus movimientos, dirija tus pensamientos y te jactes de libertad cuando no es más que cuerda a la cadena del collar. El que se mueve en la foto no sale y los demás miran para otro lado no vaya a ser que les enfoque el desenfoque, libertad para decir lo que quiera, lo que quiera el amo y señor, es evidente, digo lo que pienso... que el cacique piensa lo que debo decir; son los medios oficiales creados para propaganda del pensamiento único y el que no sirve a la causa, patada en el culo y con el culo al aire y en el ambiente flotan las barbas peladas del vecino, chiflando todos en dirección al vello, así unos tras otros, como se merecen los cobardes, van saliendo por la trastienda y el que más resista más tendrá su barriga pegada al suelo.

Y le siguen llamando planta noble.